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Un nuevo sistema logra cargar baterías a través de la wifi

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  • Investigadores de EE UU presentan un prototipo que alimenta pequeños dispositivos

José Manuel Abad Liñán Madrid 22 JUL 2015 - 15:17 CEST

Nikola Tesla sentía aversión por los cables. Imaginó y trabajó por un mundo en el que no fueran necesarios ni para comunicarse ni para transmitir la energía. La primera parte de su sueño se ha cumplido con creces: ahí están la radio, la televisión, la telefonía móvil y las redes wifi para demostrarlo. La segunda parte se ha hecho más de rogar, pero empieza a dar satisfacciones en forma de alfombrillas que recargan móviles y sistemas que se alimentan de las ondas de la televisión o el móvil.

El siguiente avance en la energía sin cables se ha logrado, curiosamente, gracias a un sistema concebido para la comunicación: la wifi que utilizan la mayoría de los hogares. Un equipo de investigadores de la Universidad de Washington en Seattle (EE UU) ha utilizado un router para cargar a distancia baterías. De momento han conseguido alimentar dispositivos como los que utilizan pequeños electrodomésticos y mandos a distancia (las pilas de níquel-metal hidruro) y las pilas de botón de los relojes (pequeñas baterías de ion de litio). La revista MIT Technological Review recoge en un artículo el estudio, con un título ambicioso: "Alimentar los próximos miles de millones de dispositivos con la wifi" .

El sistema presentado se denomina PoWiFi (acrónimo inglés de "alimentación a través de wifi") y funciona a distancias de hasta 8,5 metros. Para lograrlo, los investigadores crearon un sistema que recolecta la energía de la wifi y la suministra de manera continua a las baterías.

Los investigadores presumen de que su logro resulta compatible con el uso habitual de la wifi y de que "no compromete significativamente su rendimiento" para conectar dispositivos a la Red y entre sí. Sin embargo, para el profesor de Radiocomunicaciones de la Universidad Politécnica de Madrid, José Manuel Riera, esto solo sería posible en "casas aisladas y distantes unas de otras", como las de las zonas residenciales de Estados Unidos, no tanto en los apartamentos y pisos en los que viven muchos europeos, por las interferencias de la conexión con las de los vecinos. "Cuando no estamos usando Internet, nuestro router solo utiliza un 1% del tiempo de transmisión. Son desconexiones de milésimas de segundo que aprovechan otras redes inalámbricas para transmitir", explica Riera. El uso para suministrar energía, en cambio, exige que el router transmita energía de forma continua. "En un entorno de mucho uso, como una universidad o una empresa, no se podría aplicar", ilustra el profesor.

A diferencia de los dispositivos que utilizan las frecuencias de televisión y telefonía móvil, este sistema trabaja con frecuencias de la banda ISMC (en la que se incluye la wifi, pero también Bluetooth y ZigBee). La legislación de EE UU y Europa no limita su uso a las comunicaciones y por tanto, también podría usarse para alimentar pequeños dispositivos, según los autores.

Sin embargo, las limitaciones de potencia en Europa (100 milivatios) y EEUU (hasta un vatio, en determinadas condiciones) quedan muy lejos de la necesaria para cargar un teléfono inteligente. Un smartphone precisa 4 o 5 voltios. Para cargar su batería por este sistema, tendría que emitir una potencia un millón de veces mayor.

Además, las ondas que emite un router se difunden en todas direcciones (es precisamente esa cualidad la que permite utilizarlas para conectar dispositivos ubicados en diversos lugares de una casa), pero esa dispersión juega en contra de la potencia que son capaces de transmitir.

A pesar del inconveniente, en opinión del catedrático de Ingeniería Electrónica de la Universidad Politécnica de Valencia, José Sánchez-Dehesa, la investigación supone "un avance significativo" para mantener alimentados todo tipo de sensores de bajo consumo, como los que se emplean en domótica y en otras aplicaciones del Internet de las cosas. De hecho, el estudio se completa con dos nuevos dispositivos —una cámara y un sensor de temperatura— que se alimentan perfectamente a través del nuevo sistema. En la casa de Tesla habrían encajado bien.

FUENTE: El País. 

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Un proyecto en EEUU busca brindar conexiones en red sin posibilidad de ser controladas

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  • Se trata de conectar 'routers', PC o teléfonos de una forma horizontal
  • Estas conexiones serían protegidas y casi imposibles de monitorizar
  • La iniciativa cuenta con el apoyo del Departamento de Estado de EEUU
ELMUNDO.es | Madrid

Un equipo de expertos trabaja en Washington en el desarrollo de un 'software' que permite crear redes inalámbricas de alta velocidad independientes de las actuales infarestructuras sobre las que descansa la Red, es decir, sin necesidad de usar cables telefónicos, fibra óptica o satélites.



Afp

Este proyecto, denominado Commotion, busca generar conexiones entre los propios dispositivos de una manera horizontal, completamente descentralizadas y casi imposibles de monitorizar, porque el tráfico será "anónimo y encriptado", según informa el diario francés Le Monde.

Este sistema funciona al convertir un router WiFi, un ordenador o un teléfono avanzado en un dispositivos capaces de captar las ondas de las redes de telecomunicaciones. De alguna manera, este 'software' secuestra las redes existentes para crear una red paralela, libre y gratis, una 'malla' ('wireless mesh') propia que permite intercambio de información y archivos.

Según Josh King, director técnico de Commotion, "la única herramienta necesaria es una memoria USB que contiene el 'software' para ser instalado en cada unidad y que pueda funcionar la red". Asimismo, para aportar seguridad en las comunicaciones a través de Commocion, integra TOR, que permite a los usuarios comunicarse en Internet de manera anónima. Incluso en un futuro podría también integrar Freedom Box, que permite, por ejemplo, enviar material como fotos o vídeos a un servidor remoto como arma contra la censura, gracias al uso de 'proxis' encriptados..

El sistema parece beber directamente de la filosofía de las redes libres, que proliferaron hace unos años como alternativas de conexión abiertas para zonas muy concretas, como barrios o comunidades. Incluso recuerda a la manera que los ordenadores del proyecto OLPC, ideados por Negroponte para los países más pobres, iba a crear redes inalámbricas de forma local entre ellos

Sus responsables admiten que su desarrollo estará sujeto a múltiples críticas, desde las compañías de telecomunicaciones -por tratarse de una 'competencia desleal'-, hasta grupos de presión como los defensores de derechos de autor, siempre temerosos que el descontrol conduzca a incrementar la llamada 'piratería' en la Red.

¿Control?

El director de este proyecto, que cuenta con el apoyo del propio Departamento de Estado de EEUU, está dirigido por Sascha Meinrath, fundador de 'Open Technology Initiative' (OTI) -perteneciente a la New America Foundation-, que busca construir redes inalámbricas que conecten comunidades locales.

Con un presupuesto inicial de 1,6 millones de euros (2,3 millones de dólares), el proyecto ha despertado el interés del Gobierno de EEUU (que aportará 1,3 millones de euros adicionales) por muchos motivos.

Podría usarse para recuperar rápidamente la conectividad en situaciones de emergencia o en zonas remotas sin posibilidad de acceder a las redes, e incluso funcionaría como herramienta al servicio de las disidencias en regímenes dictatoriales, al no depender de las infraestructuras existentes.



Manifestantes en la Plaza de Tahrir de El Cairo, en junio. | Efe

A pesar del apoyo de la Administración de EEUU, el propio Sascha Meinrath destaca en declaraciones Le Monde la "esquizofrenia" del Gobierno de Washington, en donde hay funcionarios "formados durante la época de la Guerra fría que sueñan con bloquearlo todo y supervisarlo todo", hasta que llegó Obama con su mensaje de transparencia.

"En privado", comenta Meinrath "muchos funcionarios del Departamento de Estado están enojados a ver a sus superiores criticado violentamente WikiLeaks", en relación a las constantes filtraciones de material clasificado que se realizan desde este sitio web, cuya cabeza visible es Julian Assange. "Según ello, esta iniciativa podría ser una oportunidad para mostrar al mundo que EEUU sabe defender la libertad de expresión y la transparencia en todas las circunstancias".
 
Fuente: El Mundo.